viernes, 6 de febrero de 2015

El país y yo

El país y yo...

Soy Venezuela, nadie puede irse de su país porque el país es su gente.


Yo pienso que Venezuela es como un gran cuerpo humano, y cada persona es una célula, el cuerpo puede estar formado por células buenas y otras que no...  

Cuando crece la población de células malas se produce un desequilibrio al cual llamamos cáncer, eso es exactamente lo que nos viene pasando, somos Venezuela pero las células malas han estado creciendo anormalmente...y han producido tumores en distintos órganos...es una situación grave y delicada, en esa realidad enfermiza, algunas células en el acto de preservar al todo, se mudan de órgano, se van a otras partes del cuerpo donde puedan crecer sanas y cumplir sus funciones dentro del todo. 


Uno puede mudarse de dirección pero eso no es irse de Venezuela, irse de Venezuela puede ocurrir incluso viviendo dentro del país, por ejemplo, cuando alguien hace algo con mucho potencial malvado y afecta negativamente los bienes, personas y funciones del país, se va de Venezuela, aunque ocupe su territorio, pero cuando se va alguien amando su historia, su cultura, alguien que oyendo musica venezolana  estando fuera sufre, es porque no se ha ido de Venezuela, y nunca se irá, leerá, narrará a sus hijos, extrañará y no olvidará a Venezuela. 

La gente se va de sus límites pero ni queriendo se van de Venezuela, la gente que ama al país no lo deja solo, forma pequeñísimas Venezuelas donde va, muchas veces con todo, con sus mejores fortalezas y dones y otras hasta con sus debilidades y defectos, Venezuela no se acaba, se separa en múltiples pedacitos, se amplia, se preserva, se reproduce en muchas formas distintas. 


       Por mas que yo quisiera no podría irme de Venezuela, porque mi historia familiar es la historia de este país, no puedo ser tan ingenua y pensar que porque ya no tendré dirección en Venezuela se borrarán los cuadros de Tovar y Tovar, se le caerán los textos a los libros de Eduardo Blanco, o quizás la letra del himno nacional dejará de ser de Vicente Salías solo porque son antepasados mios.


No es fácil perderse de la historia, deshacerse de sus triunfos y olvidar lo ocurrido. Nadie 100% venezolano, como el mejor cacao, puede irse de Venezuela, cuando alguien come un chocolate fabricado en cualquier país del mundo pero con cacao venezolano, uno come un poquito de Venezuela. Nadie  tan como un  buen ron añejado puede irse de Venezuela, cuando lo toman en otras partes del mundo, beben a Venezuela.

Nadie que sienta que su amor por el país es impresionante y enorme como el Salto Angel puede irse de Venezuela, nadie que crea que está en el mejor país del mundo con el peor gobierno de su historia, puede irse de Venezuela. 


Yo no, no me voy de Venezuela, seré Venezuela donde esté, me voy de este gobierno. Yo soy Venezuela pero este gobierno no es Venezuela. Es el cáncer, es el tumor, es el daño que ha producido tanto dolor. Ser Venezuela es mucho mas, solo quien es sabe a que me refiero, la esperanza será que algún día la rueda gire y el equilibrio vuelva, y quizás las pequeñas Venezuelas regadas por el mundo se junten de nuevo. Habremos vencido los tumores. Y regresaran nuestros hijos, quien sabe si nuestros nietos y siendo sumamente optimistas quizás regresemos nosotros, los que no nos fuimos de Venezuela porque somos ella.


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