domingo, 15 de febrero de 2015

Pasaje, fecha y asiento

Ya tenemos pasajes, fecha y asientos. Volaremos a un destino menos hóstil, sin carencias, demencias y peores tendencias. No nos iremos de Venezuela, ella vendrá con nosotros, en nuestros corazones, en nuestras memorias, en el sentimiento y el afán de algún día ver su victoria. Nos vamos buscando hacer realidad nuestros sueños truncados, expropiados, imposibilitados, no somos el soberano, solo somos unos ciudadanos correctos y eso nos ha puesto en gran desventaja en nuestro país. No nos hacemos de nada que no sea nuestro y esos valores no son bien entendidos por las mayorías, pasamos por pendejos por no ser vivos; pero estamos felices de serlo. Nos vamos buscando hogar, serenidad y oportunidades, sin nada certero, pero con muchas ganas e ímpetu de logro, nos llevamos nuestros talentos, fortalezas, dones y perseverancia, dejamos mucho, demasiado, pero sintiendo que al irnos abrimos camino para quienes se quedan, creemos que sembraremos para que quienes dejamos cosechen junto a nosotros,  no nos vamos porque queremos, nos vamos porque aqui no podemos mas, no nos quedamos por que el futuro llega a diario y se va rapidito, con mucha frecuencia se lo lleva el hampa, otras veces el cansancio y la enfermedad, antes que se nos acabe el futuro vamos tras el, corriendo y encaramandonos, porque ya no somos los jóvenes que solíamos ser, esa madurez que llegó para quedarse, nos llena de energia para lograrlo. Que Dios nos guíe.

Soy un poco como tu

Porque soy como tu a veces soy cascarrabias, y a la vez muy tierna pero también obcecada, terca y testaruda, pero nadie niega que también soy muy flexible, simpatica y generosa como tu solías serlo.

Porque soy como tu, soy arquitecto, me encanta el plátano, el pescado y las Range Rover.

Porque soy como tu me siento un poco zuliana ademas de caraqueña, entiendo maracucho y siento de Paraguaipoa en las venas. 

Porque soy como tu y me siento orgullosa de serlo. 


Para mi padre, 15/02/2015 a 3 años de tu partida.


viernes, 6 de febrero de 2015

El país y yo

El país y yo...

Soy Venezuela, nadie puede irse de su país porque el país es su gente.


Yo pienso que Venezuela es como un gran cuerpo humano, y cada persona es una célula, el cuerpo puede estar formado por células buenas y otras que no...  

Cuando crece la población de células malas se produce un desequilibrio al cual llamamos cáncer, eso es exactamente lo que nos viene pasando, somos Venezuela pero las células malas han estado creciendo anormalmente...y han producido tumores en distintos órganos...es una situación grave y delicada, en esa realidad enfermiza, algunas células en el acto de preservar al todo, se mudan de órgano, se van a otras partes del cuerpo donde puedan crecer sanas y cumplir sus funciones dentro del todo. 


Uno puede mudarse de dirección pero eso no es irse de Venezuela, irse de Venezuela puede ocurrir incluso viviendo dentro del país, por ejemplo, cuando alguien hace algo con mucho potencial malvado y afecta negativamente los bienes, personas y funciones del país, se va de Venezuela, aunque ocupe su territorio, pero cuando se va alguien amando su historia, su cultura, alguien que oyendo musica venezolana  estando fuera sufre, es porque no se ha ido de Venezuela, y nunca se irá, leerá, narrará a sus hijos, extrañará y no olvidará a Venezuela. 

La gente se va de sus límites pero ni queriendo se van de Venezuela, la gente que ama al país no lo deja solo, forma pequeñísimas Venezuelas donde va, muchas veces con todo, con sus mejores fortalezas y dones y otras hasta con sus debilidades y defectos, Venezuela no se acaba, se separa en múltiples pedacitos, se amplia, se preserva, se reproduce en muchas formas distintas. 


       Por mas que yo quisiera no podría irme de Venezuela, porque mi historia familiar es la historia de este país, no puedo ser tan ingenua y pensar que porque ya no tendré dirección en Venezuela se borrarán los cuadros de Tovar y Tovar, se le caerán los textos a los libros de Eduardo Blanco, o quizás la letra del himno nacional dejará de ser de Vicente Salías solo porque son antepasados mios.


No es fácil perderse de la historia, deshacerse de sus triunfos y olvidar lo ocurrido. Nadie 100% venezolano, como el mejor cacao, puede irse de Venezuela, cuando alguien come un chocolate fabricado en cualquier país del mundo pero con cacao venezolano, uno come un poquito de Venezuela. Nadie  tan como un  buen ron añejado puede irse de Venezuela, cuando lo toman en otras partes del mundo, beben a Venezuela.

Nadie que sienta que su amor por el país es impresionante y enorme como el Salto Angel puede irse de Venezuela, nadie que crea que está en el mejor país del mundo con el peor gobierno de su historia, puede irse de Venezuela. 


Yo no, no me voy de Venezuela, seré Venezuela donde esté, me voy de este gobierno. Yo soy Venezuela pero este gobierno no es Venezuela. Es el cáncer, es el tumor, es el daño que ha producido tanto dolor. Ser Venezuela es mucho mas, solo quien es sabe a que me refiero, la esperanza será que algún día la rueda gire y el equilibrio vuelva, y quizás las pequeñas Venezuelas regadas por el mundo se junten de nuevo. Habremos vencido los tumores. Y regresaran nuestros hijos, quien sabe si nuestros nietos y siendo sumamente optimistas quizás regresemos nosotros, los que no nos fuimos de Venezuela porque somos ella.